Monday, March 13, 2000

COSAS DEL CARNAVAL DE COLONIA

Ayer jueves, a las 11:11de la mañana, comenzó en la plaza vieja del mercado (Alte Mark) la "Weiberfastnacht" que traducido al español es algo así como la "Noche de Fiesta de las Mujeres" o "Ladies Night" en inglés. Pero en realidad desde horas tempranas de la mañana ya las féminas recorrían toda Colonia disfrazadas de las cosas más disímiles. Es el día en que el llamado sexo débil se "emancipa" para festejar a plenitud y hacer todo lo que quiere. Las señoritas y señoras se disfrazan y se van solas a divertirse y dejan a sus maridos, novios y amigos en casa. Lo que pasa en que los hombres se aburren solos y salen también, por lo que al final terminan encontrándose todos en la taberna de la esquina.

En mi trabajo, las pocas colegas que fueron, vamos a decir que "a trabajar", andaban tocando música, haciendo chistes y entretenidas en cortarle las corbatas a los hombres. En la cafetería, donde casi todo el personal es femenino, como punto cumbre de la decoración carnavalesca colgaron todas las corbatas cortadas a los pobres infelices que se les había olvidado que iban a ser "castrados" ese día (yo como medida preventiva ese día fui sin corbata). Las cajeras andaban por supuesto vestidas de payasos, diablas y hasta de mecánicos. Lo mas interesante fue ver a la secretaria del jefe de proyecto (una vieja famosa por ser estricta y de carácter difícil) repartiendo turnos para el próximo consejo ejecutivo entre serpentinas y caretas de carnaval, con una corona de flores y una saya "sexy" al estilo de Hawaii. En la cantina a la hora del almuerzo el espectáculo se repetía, solo que la decoración era aun mas suculenta y la música de carnaval es estaba a todo volumen.

Ese día las tiendas, los bancos y las oficinas cierran al mediodía. Al regresar a mi casa en el tranvía, el centro de la ciudad estaba en poder de un ejército de payasos y bailarinas, brujas y hadas, indios y cowboys, policías y presos, diablos y ángeles, monjas y curas, marineros y sirenas, médicos y enfermeras, astronautas, soldados y miles de personajes indescifrables que inundaban las calles. Había de todo. Es increíble la fantasía de los coloneses en Carnaval, pero lo que mas me llamó la atención fue el ver a una bruja en una silla de ruedas y a alguien (todavía estoy averiguando si era hombre o mujer) con traje de INERTNET... No obstante, lo mas original que he visto fue varios años atrás, cuando un travestí salio a la calle disfrazado de... MONIKA LEVINSKI!! En medio de ese tumulto una ancianita con un sombrero de un metro de diámetro y un traje de colores estridentes, se me acercó. Yo pensaba que me iba a preguntar una dirección o quería que la ayudara a cruzar la calle, pero en lugar de eso me pregunto:

- ¿Venga acá joven, No le da pena ir por la calle sin disfraz?

Llegué a mi casa mas acomplejado que si hubiese andado desnudo, pues yo era la única persona "normal" por todo aquello.

Si vives en el centro de Colonia y es tiempo de Carnaval, tienes dos alternativas: O sales a parrandear de buen humor, o te quedas en casa de mal humor porque de todas formas la algarabía no te deja dormir. Por eso escogí la versión más optimista y fui con unos amigos a dar "un pequeño bosquejo" por la ciudad ¡Los bares y tabernas estaban mas repletos de gente que las legendarias guaguas de La Habana en la hora pico! La única diferencia era que "el va-y-ven" no provenía de los frenazos y acelerones de la guagua, sino de los intentos de baile que hacia esa masa compacta de fiesteros.

Como tenia que madrugar para venir hoy ir al trabajo, me acosté "temprano": a las 12 de la noche; aunque por supuesto los carnavaleros siguieron festejando entre ríos de cerveza, al compás de las "Lid" o canciones de carnaval hasta bien entrada la madrugada. Como yo ya estaba más muerto que vivo, caí en la cama como una piedra y no supe más de mí hasta que sonó el despertador. Hoy viernes me levante e iba casi a rastras por la calle rumbo a mi oficina cuando veo desde lejos a un grupo de muchachas que reparten los periódicos gratuitos todas las mañanas en la estación del metro. "Las pobres, tener que levantarse tan temprano hoy a trabajar", fue lo primero que pensé. Las muchachas pasaron por mi lado, me repartieron los periódicos... y siguieron sin rumbo fijo aun cantando y bailando canciones de Carnaval.

Marzo del 2000

¡ESTOY VIVO!

Increíble; pero cierto: acabo de sobrevivir la parte más dura del Carnaval de Colonia. Aunque parezca mentira, la ciudad sigue en pie, pese a que ayer el gran desfile del "Lunes de Rosas" duró más de 5 horas e hizo estremecerse a la urbe hasta sus cimientos. La procesión, que comenzó a las 11: 11 de la mañana, es el momento cumbre de todas las festividades y en esta metrópolis de casi 2 millones de habitantes había millón y medio de locos en las calles, concentrados principalmente en el casco histórico, a lo largo de la ruta de la parada.

Por supuesto que este es muy diferente a los carnavales que antes había en Cuba y al mundialmente famoso Carnaval de Río, (que también tuvo lugar ayer al otro lado del planeta). Aquí no hay comparsas, pues la madre naturaleza no fue muy generosa con los alemanes a la hora de darle dones de guaracheros y bailadores; pero si transitaron innumerables bandas de música, muchas de las cuales existen desde tiempos inmemorables y conservan tradiciones desde hace siglos. Junto a los bloques musicales, desfilaron 127 pequeñas carrozas, casi todas satirizando temas de la política local de Colonia y Alemania. La carroza que mas me llamo la atención, hacia referencia a la Cumbre de los Siete países más industrializados que se celebró en la ciudad el verano pasado y la visita del presidente de EE.UU. a un restaurante en Colonia. Junto a una bola del mundo aparecía Bill Clinton en la pose de la estatua de la libertad, portando en alto no una antorcha, sino un vaso de Kölsch (cerveza de Colonia) y en la mano izquierda una lapida con la inscripción "ICK BIN EIN KOELSCHE" ("Soy un colones", dicho en el dialecto de la ciudad). También recorrieron las calles 28 carruajes tradicionales tirados por caballos y las caballerías con 500 "soldados" y "doncellas", que por supuesto lucían sus mejores galas en la ocasión. Junto a estas "guarniciones" de varios siglos de existencia, sobresalía alguna que otra agrupación con temas ultramodernos. Este año la carroza "salida del plato" era un platillo volador (y valga la redundancia). Se refería a los viajes a martes y era escoltada por un grupo de "marcianos" verdes, con antenitas y todo, que transportando la filosofía colonense al espacio sideral en un gran cartel que decía:

„-¿Hay vida en Marte?

- ¡Si!

-¿Y hay Cerveza?

- ¡No!

- ¡Entonces no me interesa!"

En Colonia no hay Reina del Carnaval (como había antes en Cuba), sino un Príncipe, el cual tiene la "difícil tarea" de ir de fiesta en fiesta durante los 3 meses que dura "La quinta estación del ano", como los coloneses le llaman al carnaval. El día del desfile el Príncipe monta su propia carroza y desde ella va saludando a todos sus "súbditos" que lo aclaman por toda la ciudad, mientas el les tira bombones y flores en cantidades industriales, pues aquí las carrozas y los desfilantes,10000 en total, no tiran serpentinas sino que a los gritos de ¡KAMELE! * el publico es roseado con abundantes chorros de chocolates y flores. Según la prensa local, ayer se tiraron al aire 140 toneladas de golosinas y 300 000 ramos de flores, lo que si no es record, es un buen average. De lo que por supuesto se salvo mi sobrinita pues "me cayeron del cielo" cuatro libras de chocolates para ella. No obstante, para demostrar que los tiempos van cambiando, ayer lanzaron desde las carrozas algunos casetes con música y CDs con programas para computadoras …sobre el carnaval, por supuesto.

Como aspecto negativo de los festejos, ví que muchos jóvenes tomaban drogas y estupefacientes para enfrentar con éxito este maratón recreativo y mantenerse varios días festejando sin parar. Por suerte, esto no se tradujo en delincuencia, pues la policía reportó solo una bronca, varios “incidentes menores" y unos 40 detenidos por estar borrachos, así que pese a la locura mayúscula y generalizada, donde el estar "normal" era toda una hazaña, se pueden consideran que fueron unas celebraciones muy tranquilas. Otra cosa que produce el carnaval son grandes cantidades de mugre, por eso unas horas después, otro "desfile" recorrió las calles del centro con 89 carros de la basura y maquinas limpiadoras que volvieron a hacer transitables las principales arterias de la ciudad. Ya para entonces los carnavaleros se habían refugiado en los bares y cantinas, para seguir bailando y cantando al ritmo de las Lids del carnaval, esta vez roseados no por chocolates y flores, sino por abundante cerveza.

Hoy martes, después de la hecatombe, la ciudad amaneció dividida en 3 bandos:

- "Los Satisfechos" son aquellos que, aprovecharon esta fría mañana para quedarse acurrucados en sus camas y dormir a plenitud después del ajetreo de 5 días de fiesta.

- "Los Resignados" somos los infelices mortales que no nos quedó mas remedio que volver de nuevo a nuestros trabajos y encadenarnos en la rutina de todos los días.

- "Los Insatisfechos", incansables y eternos luchadores de la pachanga y la algarabía, esos aun no han regresado a casa y están parrandeando todavía...

Marzo del 2000

*-> la frase "Kamelle" es un juego de palabras entre "Karalmel" (caramelo) y "Kamell" (camello) en el dialecto local. Se usa tradicionalmente por el público para que le tiren chocolates desde las carrozas

MIERCOLES DE CENIZAS

"El Miércoles de Cenizas ya todo terminó..." Así dice una canción carnavalesca, señalando que los festejos llegan a su fin... al menos oficialmente.

Entonces empieza la Cuaresma en Colonia, los 40 días hasta el Oster (las pascuas) en los cuales, según las tradiciones religiosas que datan del siglo IV, uno debe abstenerse de comer carne, luego leche y al final debe prescindirse incluso de comer huevos hasta el día de pascuas o "Resurrección de Cristo". Es por eso que en Alemania los niños salen el Domingo de Pascuas a buscar huevos en el jardín de su casa. Esta “cuarentena bíblica” explica, hasta cierto punto, los ríos de cerveza durante el carnaval, pues se sabe que después vienen 40 jornadas de abstinencia. Incluso alguien me explicó que la palabra "Carna-val" significa "sin-Carne". En ese caso, conozco de cierta isla del Caribe que siempre esta en carnavales.

Según otra versión, existe una antigua costumbre europea de la época en que no había refrigeradores. La carne se guardaba para el invierno durante varios meses y en la época de carnaval se comía todo lo posible antes que esta se echara a perder. Luego el resto de las reservas que no fue consumida en esos días, era incinerado el Miércoles de Cenizas. También con el carnaval se celebra el fin del invierno y la llegada de la primavera, que ocurre precisamente en la época de pascuas, cuyos símbolos son los conejos y los huevos, pues ellos representan el renacer de la vida y la fertilidad. Todas estas leyendas y costumbres se pierden en las tinieblas del tiempo y las múltiples modificaciones que han tenido estas fiestas, varían considerablemente entre las distintas regiones de Alemania y Europa.

En Colonia la costumbre es de quemar al "Nubel", un muñeco de trapo que representa todos los pecados cometidos durante el año. A las 12 de la noche del martes, al comienzo del Miércoles de Cenizas, se reúnen los habitantes de la ciudad, portando velas encendidas, para echarle las culpas al monigote de todas las cosas malas, pues él es responsable de los excesos cometidos durante los carnavales (como se dijera en una versión cubana: "La culpa de todo la tiene el totí"). Entre canciones tradicionales y lagrimas "de arrepentimiento", se leen varias plegarias "religiosas" cargadas de chistes de doble sentido y luego los presentes arrojan sus velas encendidas sobre el Nubel. Como dijera Celia Cruz ¡Que le den candela! Una vez consumido el fuego se consideran los pecados "absueltos" y "limpias" las almas de todos los que lo quemaron.

Después de la ceremonia los presentes, ya todos "purificados", se van algunos a sus casas; pero muchos regresan a los bares y cantinas del centro de la ciudad, parece que a empezar a cometer pecados de nuevo y tener algo que quemar en el próximo Nubel. No obstante, para ser justo, debo decir que esta vez la fiesta es mucho más breve y dura "solo" dos o tres horas, pues ya el carnaval pasó... al menos oficialmente.

Hoy miércoles por la mañana, cuando salía para mi trabajo, mire con curiosidad, buscando los restos del Nubel que quemaron anoche en la esquina de mi casa; pero solo logre ver un puñado de cenizas sobre el pavimento, como único recuerdo de la reunión incendiaria de la noche anterior. Al fin y al cabo "El Miércoles de Cenizas ya todo termino..."

Marzo del 2000